Al viajar, inevitablemente, te verás envuelto en situaciones en las que te sentirás perdido. Puede que te desorientes y no seas capaz de encontrar la dirección correcta, puede que necesites comunicarte y nadie sea capaz de comprenderte o quizás no entiendas lo que sucede a tu alrededor y que te quedes con cara de tonto sin saber reaccionar. Pasará a menudo y tendrás que emplearte a fondo, exprimir tu cerebro y obligarle a destilar alguna idea salvadora. Nosotros nos consideramos buenos resolviendo esta clase de situaciones y, en el fondo, disfrutamos de ellas, pero confesaremos que hubo una que nos superó: nos perdimos sin remedio en un casino de Las Vegas.

Seguir leyendo