Rotorua y Taupo: ¡Esto está que arde!

Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Cuenta la leyenda maorí que el poderoso Maui utilizó una quijada mágica a modo de anzuelo para pescar y arrancar la Isla Norte del fondo marino y por eso se la llamaban: Te Ika Maui, «el pez de Maui». El cuento esconde cierta verdad, pues es cierto que Nueva Zelanda se alzó del mar hace millones de años, aunque no fue por la acción de ningún semidiós polinesio, sino por el poder moldeador de las fuerzas geológicas. La presión entre  las placas tectónicas abrió paso a los volcanes que formaron la isla y esculpieron sus montañas y valles. Para que nadie olvide de dónde ha salido la tierra que pisa, las islas se sacuden de vez en cuando, las calderas siguen humeando y aquí y allá se encuentran lagunas sulfurosas y cascadas de agua hirviendo. ¡Vámonos a visitar el lado más  ardiente de Nueva Zelanda!


Empieza el día en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Rotorua, la ciudad que huele a huevos podridos

Cuando uno lee un cartel que dice “No nos hacemos responsables de los daños ocurridos en esta zona”, entiende que está a punto de entrar en un lugar donde, como mínimo, deberá estar atento donde pisa. Y no es para menos, porque Wai-O-Tapu Thermal Wonderland es una zona de gran actividad geotermal poblada por numerosos cráteres derrumbados, piscinas de lodo hirviente y fumarolas de vapor. Este parque se encuentra junto a Rotorua, ciudad conocida por el desagradable olor sulfuroso que la impregna, y está abierto al público de las 8.30 de la mañana hasta las 5 o 6 de la tarde en función de la época del año. La entrada cuesta 32.50 NZD a los adultos y 11 NZD a los niños de 5 a 15.

Entrada a Wai-O-Tapu cerca de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

La primera parada de esa mañana fue el géiser de Lady Knox, porque habíamos leído que cada mañana a las 10 y cuarto salta el chorro. Tanta puntualidad nos tenía intrigados, porque vale que en Nueva Zelanda está todo muy ordenado y organizado, pero un géiser tan puntual nos parecía excesivo. Llegamos expectantes y tomamos asiento en un pequeño anfiteatro de madera a la espera del fenómeno de agua y vapor. Cara de tontos se nos quedó cuando a la hora exacta llegó el guardaparques y, tras una breve explicación, vertió en el interior de la chata chimenea un producto químico que desencadenó una reacción que culminó con el chorro alzándose sobre nuestras cabezas y manteniéndose allí durante unos 15 minutos.

Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Los borbollones de espuma fueron el primer síntoma de que algo iba a ocurrir

Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Las características del chorro difieren mucho de un día a otro en función de la presión acumulada bajo tierra, pero a veces alcanza los 20 metros de altura y dura hasta una hora. Viendo lo corto y pequeño que fue ese día, creo que presenciamos un gatillazo en toda regla.

Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

¡Muy bien campeón! Ya has cumplido con tu faena, ahora a echar el vapor de después del chorrazo

Habíamos visto géiseres en Islandia, así que este espectáculo inducido nos pareció bastante decepcionante. Montamos de nuevo en el coche y en 5 minutos llegamos a la entrada principal del parque. Teníamos toda la mañana para visitarlo, así que optamos por tomárnoslo con calma y tomar la senda más larga. Hay tres recorridos posibles para explorarlo: el Walk 1, de 1,5 kilómetros, el Walk 1&2, de 2 kilómetros, y el Walk 1,2&3, de 3 kilómetros y que se puede hacer en unos 75 minutos. A lo largo de todo el recorrido encontraréis asientos y zonas de sombra para hacer el paseo un poco más agradable. Eso si, nadie os librará del desagradable olor que emana de las entrañas de la tierra.

Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

La Casa del Diablo, un agujero humeante que desprende el característico tufo sulfuroso

Con la compra de la entrada os darán una hoja de información (disponible en español) que os guiará a lo largo de la visita y que os dará información sobre cada una las formaciones destacadas que encontraréis. Se empieza por La Casa del Diablo y se llega al Cráter del Infierno después de visitar rincones como la Piscina de champaña y los Montículos de azufre. A propósito del azufre, durante toda esa mañana fuimos incapaces de silenciar una vocecilla que resonaba dentro de nuestras cabezas y que repetía incansable eso de «¡Huele a azufre!«. Al principio era gracioso, al final algo molesto.

Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Por una cuestión obvia de seguridad, hay que ceñirse al sendero señalizado y así evitaréis meter el pie en un charco de agua hirviendo. Estad siempre atentos a las columnas de vapor, primer signo de que bajo vuestros pies se cuece algo.

Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

En estos arroyos no hay ningún pez pues sus aguas son altamente tóxicas

Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

El rincón más conocido del parque es la llamada Piscina de champaña que mide 65 metros de diámetro y 62 de profundidad, dimensiones que la convierten en la más grande del parque. Sus aguas alcanzan los 74 grados centígrados y la concentración de materiales como oro, plata, mercurio o antimonio, dan a sus márgenes unos colores muy llamativos.

Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Observando el color del agua y de sus orillas uno puede adivinar qué clase de materiales contiene: si es roja o marrón es debido al óxido de hierro, el naranja proviene del antimonio, el blanco del sílice, el amarillo del azufre y el verde del arsénico.

Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Este agua es tan venenosa que se la conoce como El Baño del Diablo

La mud pool

Cuando acabamos con el parque, unas tres horas después de haber llegado, y con el olor a huevos podridos enganchado en la nariz y en la ropa, nos fuimos a la mud pool. Se accede a ella por la misma carretera que lleva al parque, pero para visitarla no es necesario pagar entrada. Se trata de una charca de barro burbujeante y, aunque a priori uno pueda pensar que no tiene mucho atractivo, la verdad es que a nosotros nos gustó bastante. Cuando uno lleva allí un rato mirando fijamente el espectáculo, encontrará un extraño placer hipnótico en ver toda esas burbujas estallando y salpicando.

En la mud pool cerca del Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

En la mud pool cerca del Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Si a esto le añades onomatopeyas de pedo,  la piscina se convierte en la risión

Al principio, cuando supimos que había una piscina de lodo, inocentes de nosotros, imaginamos que quizás nos podríamos bañar en ella y que podríamos cubrirnos la piel con algún tipo de barro hidratante o exfoliante. Al ver la alta actividad volcánica de la zona, descartamos que fuera posible meterse ahí dentro sin acabar hervidos o con un peeling hasta los huesos.

En la mud pool cerca del Parque Nacional de Rotorua en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Los hubo más optimistas que nosotros

Huka Falls

Desde Rotorua pusimos rumbo dirección sur-este hacia la localidad de Taupo, parada prevista para esa tarde. A pocos kilómetros del destino, nos desviamos y paramos a comer en las Huka falls. ¡Qué práctico esto de viajar con tu propia despensa y cocina!

Ruta entre Wai-O-Tapu Thermal Wonderland y la Huka Falls de Taupo en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Estas cataratas se encuentran en el curso del río Waikato, el más largo de Nueva Zelanda. Aunque el curso de esta corriente suele ser bastante plácido, en este tramo entra en una estrecha garganta de roca volcánica que le añade gran presión a la corriente. Su atractivo no es tanto su altura, unos modestos 11 metros, sino el increíble volumen de agua que corre por ella, ni más ni menos que 220.000 litros por segundo, y la fuerza con la que lo hace.

Huka Falls en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Huka Falls en la Isla Norte de Nueva Zelanda

El thermal park de Taupo

Siguiendo el rastro de la actividad geotermal de la zona, nos encaminamos hacia el thermal park en busca del Otumuheke Stream, un arroyo de aguas termales que desemboca en el río Waikato. Está situado en un parque público a la entrada de Taupo y se accede a él a través de la SPA Road. Dar con él es muy fácil, solo hay que buscar un puente o seguir toda la gente que va hacia allí. Bañarse es gratuito y es habitual encontrar decenas de personas, visitantes y lugareños, disfrutando de un relajado baño cerveza en mano.

En el Otumuheke Stream del thermal park de Taupo en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Lo interesante del lugar es el contraste que hay entre el arroyo, de agua muy caliente, y el río, de agua muy fría, entre uno y el otro se crea una zona de contrastes para todos los gustos. Sin embargo, dar con el lugar exacto puede resultar algo complicado, es como una de esas duchas que no tienen término medio y en las que mover la manecilla un milímetro puede suponer la diferencia entre congelarse y quemarse.

A dormir al Kaimanawa Forest Park

Se pone el sol en la Isla Norte de Nueva Zelanda

Puesta de sol frente al lago Taupo

Para acabar el día, bordeamos el lago Taupo, que nos regaló una preciosa puesta de sol, y condujimos hasta el Kaimanawa Forest Park, donde sabíamos que encontraríamos una zona de acampada libre. Nos costó encontrarla porque estaba escondida y para cuando llegamos ya era negra noche, sin embargo era la mejora parada para encarar la travesía Alpine crossing del Parque Nacional de Tongariro a la mañana siguiente.

No había nadie y nos preparamos para dormir en ese solitario claro en medio del bosque. Estábamos a punto de acostarnos cuando llegó otra furgoneta, aparcó a nuestro lado y de ella bajaron dos zorros gigantes. Si, dos zorros rojos de metro setenta, con sus hocicos, sus orejas puntiagudas y su cola colgando. Uno llevaba un cuchillo en la mano y el otro una especie de palo grueso. ¿En serio habíamos recorrido medio mundo para morir a manos de unos psicópatas disfrazados de zorro? Este instante surrealista se disipó cuando nuestros ojos se adaptaron a la oscuridad y comprobamos que se trataba tan solo de dos chavales con unos calentitos pijamas de cuerpo entero a punto de prepararse un bocata con una barra de pan.

Al día siguiente tendríamos la oportunidad de conocerlos y de entrar a Mordor con ellos.

2 comentarios

  1. Nayeli

    Pero cuál es el continente

  2. Nayeli

    Pero cuál es el continente

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