Buenos Aires es una ciudad que atrapa. Puede que sus rascacielos no sean los más altos, ni sus avenidas las más monumentales y quizás a sus calles les falte un poco de verdor, pero la capital argentina está envuelta por una atmósfera verdaderamente especial. Modernidad, historia y un digno aire decadente se entretejen formando una maraña que, lejos de afearla, le imprimen un carácter único.
Llegar a Buenos Aires
La visita a las cataratas de Iguazú nos había cargado las pilas con una buena dosis de descanso y naturaleza, así que estábamos preparados para pasar unos días en una de las urbes más grandes de América del Sur. Llegar hasta allí fue un viaje plácido de 20 horas, de las 3 de la tarde hasta las 11 de la mañana siguiente, a bordo de un autobús semicama de la compañía Expreso Singer que, con el descuento de estudiante y pagando en efectivo, nos costó 804 pesos a cada uno. La Terminal de Ómnibus de Retiro de Buenos Aires está junto al precario asentamiento Villa 31 y nos advertieron repetidas veces que en esta zona hay que estar atento para evitar hurtos o tirones. Antes de salir de la estación compramos la Sube, la tarjeta para el transporte público que costó 20 pesos más el saldo para viajes.
Día 1
Por 900 pesos entre los dos nos quedamos 3 noches en un dormitorio en el Ostinatto Hostel, en el barrio de San Telmo. El hostal está en una ubicación muy buena, a menos de 20 minutos andando del centro, y ofrece actividades gratuitas como clases de tango y otras de pago como un asado «todo lo que puedas comer». No hace falta decir que probar los reputados cortes argentinos era un imprescindible, pero como no solo de carne vive el hombre, los otros días optamos por una opción muy asequible: locales de comida por peso donde por unos 80 pesos comíamos los dos.
San Telmo es uno de los barrios más antiguos de la ciudad y durante años fue el hogar de las familias más pudientes, pero en 1871, con la aparición de la fiebre amarilla, los ricos se fueron hacia el norte buscando el aire más puro y desalojaron el distrito. Inmediatamente fue ocupado por inmigrantes recién llegados y los caserones coloniales se convirtieron en la casa de los pobres expatriados. La falta de inversión dejó el barrio congelado en el tiempo y en franca decadencia hasta que en las últimas décadas el distrito se ha revalorizado gracias al turismo y a la dinamización que le ha dado una generación joven de inquilinos. En sus calles se conserva el encanto pasado, con sus calles empedradas de adoquines, y abundan las tiendas de antigüedades, de productos de diseño y las milongas.
Sin duda, uno de los habitantes más ilustres del barrio es la pequeña Mafalda, la hija predilecta del dibujante argentino Quino.
Mafalda es una joya atemporal del humor gráfico que igual te crítica la sopa que la política internacional y que con su característico idealismo pesimista nos ha regalado frases inolvidables como esa que dice «¿No será acaso que esta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?«. ¡Qué una niña tan pequeña se dé cuenta y nosotros los adultos seguimos obcecados con ella!
La estatua de Mafalda y sus amigos marca el inicio del Paseo de la historieta, un recorrido que os llevará a través de la ciudad tras la pista de los personajes más famosos del cómic argentino.
De muñeco en muñeco, llegamos hasta la plaza más famosa de la ciudad, la plaza de Mayo. Se considera el punto fundacional de Buenos Aires y desde el inicio de la guerra de independencia ha servido como telón de fondo de la mayoría de los eventos que han marcado la historia del país.
A su alrededor se concentran algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, entre ellos la Casa Rosada, sede del Poder Ejecutivo de la República y edificio que alberga el despacho del presidente de la nación.
También está la catedral metropolitana, un edificio neoclásico que alberga el sarcófago de uno de los personajes más importantes de la historia de latinoamérica, el general José de San Martín, el militar que encabezó las guerras de independencia que culminaron con la fundación de Argentina, Chile y Perú.
Al salir de allí empezó a chispear y con un trueno repentino el cielo se volcó sobre nuestras cabezas. A la carrera nos escondimos en un café atestado de viandantes sorprendidos y allí esperamos hasta que aflojó lo suficiente para asomarnos a la calle. Pese al mal tiempo la plaza era un hervidero de gente, estaba a punto de llegar la Marcha por la Verdad, una manifestación convocada para reclamar el esclarecimiento de la misteriosa muerte del fiscal Nisman. Un caso complejo que parece extraído de una película de espías, pero aunque somos incapaces de comprender la trascendencia del acto, nos quedamos para contemplar el pulso de una ciudad pidiendo algo tan legítimo como «la verdad».
Día 2
A la mañana siguiente no quedaba ni rastro de la lluvia y como el sol brillaba con ganas, decidimos que era el momento ideal para ir al colorido y turístico callejón de el Caminito. Situado en el barrio de La Boca, es una parada imprescindible para todo los visitantes. Inmortalizado gracias al tango «Caminito«, sus características casas multicolores lo han convertido en uno de los rincones más fotografiados de la ciudad.
Las casas de esta calle están construidas en el estilo «conventillo», hogares humildes hechos a base de chapa acanalada o madera y pintados de colores llamativos. Aunque uno se puede entretener todo el rato que quiera mirando tiendas de souvenirs o paradas de artesanía, en una hora se puede ver todo. Este rincón está pensado especialmente para los turistas, así que no es el lugar más barato ni el más «auténtico», aunque sin duda es uno de los más llamativos y se puede disfrutar viendo alguno de los espectáculos de tango callejeros. A pesar de estar tan concurrido, en el hostal nos recomendaron que no nos alejáramos mucho de allí porque el barrio que la rodea puede resultar «peligroso».
Los argentinos son gente apasionada y si hablamos de fútbol sus sentimientos pueden llegar a extremos. Caminito es territorio del Boca Juniors y aquí hasta los perros son auténticos hinchas.
Otra imagen muy reconocible de La Boca y que puede contemplarse a apenas un paso de Caminito es la estampa formada por el Puente Nicolás Avellaneda y el transbordador sobre el río Matanza-Riachuelo.

El transbordador en primer plano y el puente detrás
Regresamos al hostal para comer rápido y a las 3 en punto estábamos de nuevo en la plaza de Mayo. Todos los jueves desde 1977, las Madres de la plaza de Mayo se reúnen con sus pañuelos blancos bien atados a la cabeza y giran alrededor de la Pirámide de Mayo. La organización nació durante los oscuros años de la dictadura militar argentina fruto de la demanda visceral de unas madres desesperadas por encontrar a sus hijos desaparecidos y ha pervivido con fuerza hasta la actualidad. Aunque el reencuentro deseado por todas estas madres en la mayoría de los casos no fue posible, lejos de hundirse se mantuvieron férreas en su lucha y hasta el día de hoy han trabajado para que todo el mundo conozca la lucha de sus hijos. Trascendiendo el contexto argentina, estas valientes señoras se han convertido en el símbolo de todos aquellos que luchan contra las injusticias cometidas por el poder.
Entre cánticos y consignas el grupo giró alrededor del monumento, pero cuando se hicieron a un lado para dar paso a los parlamentos, apareció otra agrupación, mucho más modesta y discreta. Se trataba de Madres de la plaza de Mayo Línea Fundadora, una escisión nacida en 1986 por discrepancias sobre el funcionamiento interno y la disparidad de ideas sobre el rumbo que debía tomar la organización.
Después de ver este pedazo vivo de la historia argentina, fuimos a ver otro de los edificios emblemáticos de la plaza, el Museo Nacional del Cabildo y la Revolución de Mayo. La entrada es gratuita y es el lugar perfecto para conocer sobre el origen de Buenos Aires en su escenario real, ya que este edificio ejerció de ayuntamiento desde 1580 a 1821. Es una visita muy recomendable y que además no os llevará mucho rato.
Seguimos paseando por la zona centro, por el barrio de Montserrat, para encontrarnos frente a frente con uno de los hitos más reconocibles de la ciudad, el Obelisco de Buenos Aires. Construido en 1936 para conmemorar el cuarto centenario de la fundación de la ciudad, se alza con sus imponentes 67 metros de altura en la avenida 9 de julio.
Cerca de aquí está el Teatro Colón, uno de los 5 teatros de ópera más importantes a nivel mundial. De 9 de la mañana a las 5 de la tarde se puede visitar el interior con un tour guiado que cuesta unos 180 pesos.
La hartura de horas que habíamos pasado a bordo de un autobús en las últimas semanas nos había dejado claro que necesitábamos un nuevo compañero para nuestro viaje. Aprovechando que nos encontrábamos en una de la ciudades que posee uno de los mayores números de librerías por habitante, decidimos que había llegado el momento de comprarnos alguna lectura para amenizar los trayectos venideros. Así fue que Isabel Allende y Mary Higgins Clark se unieron a la vuelta al mundo.
Día 3
Para el último día nos habíamos reservado el acomodado barrio de La Recoleta.Tomamos el autobús 67 en la parada de la calle Chile con la avenida 9 de julio, desde donde se contempla el obelisco y el mural con el rostro sonriente de Eva Perón instalado en un edificio ministerial. Esta instalación, que inevitablemente evoca a la del Ché en La Habana, fue inaugurada en 2011 y está cargada de simbología: la cara sur, la que vemos en la foto, muestra la faceta simpática de la política, pero la cara que mira hacia el norte la representa arengando el pueblo, mostrando su faceta más combativa.
Nos detuvimos en la parada de autobús junto a la facultad de derecho de la Universidad de Buenos Aires, a unos pasos de la escultura Floralis Genérica. Esta instalación metálica, ubicada en la Plaza de las Naciones Unidas, fue diseñada con un sistema que cerraba los pétalos durante la noche y los abría de nuevo a las 8 de la mañana representando el florecimiento vegetal. Una idea artísticamente muy interesante, pero hace años que está siendo reparada.
Habíamos venido hasta la Recoleta para visitar su famoso cementerio, pero antes dimos unas vuelta por este barrio agradable hasta encontrar el Monumento a Eva Perón.
En el cementerio de la Recoleta yacen para la eternidad ilustres personajes argentinos. A pesar de las connotaciones macabras que uno pueda encontrarle a visitar un camposanto, la verdad es que se trata de un lugar con mucho encanto que no os podéis perder. Si queréis recorrerlo a fondo podéis uniros a alguno de los tours gratuitos que se organizan por las mañanas, pero si preferís ir solos seguro que también disfrutaréis paseando entre pasillos angostos rodeados de lujosas lápidas y de panteones de mármol.
A pesar de todos los presidentes enterrados aquí, la tumba más visitada es la de Eva Perón. La actriz y política argentina forjó su leyenda gracias a su defensa de los derechos sociales y laborales, pero la leyenda creció tras su prematura muerte a los 33 años. Al fallecer su cuerpo fue embalsamado, pero lo que tendría que haber sido su reposo eterno fue el inicio de un aventura que mantuvo su cadáver en movimiento durante 14 años. En 1955 un comando militar secuestró su cuerpo y tras ocultarlo un tiempo en un camión la llevaron al otro lado del océano Atlántico y la enterraron en Milán. Allí permaneció escondido hasta 1971 cuando se devolvió a manos argentinas en un intercambio que tuvo lugar en Madrid, pero no fue hasta 1976 que fue enterrada definitivamente en el panteón familiar.
Estos son los lugares que visitamos durante nuestra breve estadía en la «París de Sudamérica», nuestro consejo es que si venís hasta aquí aprovechéis y os quedéis algún día más y así podréis descubrir algunos rincones que a nosotros nos quedaron pendientes como el moderno barrio de Puerto Madero o el de Palermo. Nos fuimos de aquí sabiendo que dejábamos temas pendientes, pero ya sabéis: ¡ya tenemos la excusa perfecta para volver!
Precioso post. No recuerdo la Floralis genérica, me la perdí!!! Motiva para volver a BBAA algún día. Y en Caminito no tenían al papa en el balcón!!!
Nosotros también le dedicamos algunos post a BBAA, te dejo el enlace por si puede ayudar a algún lector.
http://milviatges.com/2015/barrio-de-la-boca-estadio-boca-juniors
Un saludo viajero!
Hola Jordi!
La verdad es que Buenos Aires tiene algo especial, a nosotros nos gustó mucho y como en todas partes nos dejamos cosas por ver, pero así hay siempre excusa para volver, no? 😛
Gracias por dejar tu link 😉
Saludos desde Bali
av..dos..barrageiros …1265…..Ola. Guillem & Alexandra.. venho por meio desta pedir uma informação eu gostaria de saber como encontra alguns parentes meu que mora ai na argentina a poucos dias fiquei sabendo que os imigrantes italiano se imigrarão nesta cidade de la Boca e a família com o sobrenome Piergentile.. e o meu bisavó morreu logo depois que veio da Itália Eli esta sepultado ai na argentina penso que devê cer neste luga de la Boca só que o meu avo veio para o brasil com a minha bisa vo e mais 2 irmãos e ai ficou uma irmã e se casou e tem filho ate filhas gêmeas o nome do meu biva vo era Nazareno Piergentile.. foi no ano de 1904…tem como eu descobrir algo sobre a minha afamilia..no registro de casamento do meu avo era natural de Gênova Itália..eu sou a primeira neta da família Piergentile e Gabriel eu tenho .70 anos e quero descobrir os meus desentendes…ficarei muito grata pela sua resposta ..meu muito obrigado …beijossss de carinho ..dona Elza…boa tarde…