Cruzar la frontera entre Bolivia y Argentina

Cómo cruzar la frontera entre Bolivia y Argentina

Después de visitar el impresionante Salar de Uyuni y las lagunas del altiplano, llegó el momento de despedirnos de Bolivia y encaminarnos hacia Argentina. Durante nuestro paso por Sudamérica no cogimos ningún vuelo, así que teníamos por delante algo más de 2.300 kilómetros y unas cuantas horas de carretera antes de llegar al siguiente destino.

Frontera Villazón-La Quiaca, entre Bolivia y Argentina

Frontera Villazón-La Quiaca, entre Bolivia y Argentina

A las 10.40 de la noche subimos a bordo del Expreso del Sur, el tren que nos llevó desde Uyuni hasta la ciudad fronteriza de Villazón. El pasaje nos costó 180 bolivianos en clase ejecutiva. Podría habernos salido más barato si lo hubiéramos comprado de una categoría inferior, pero el señor taquillero nos aseguró que ya no quedaban. Para sorpresa nuestra, apenas habíamos salido de la cola que le vendió tres billetes en categoría básica a los franceses que iban detrás nuestro. Extrañados pedimos que nos cambiara los billetes, pero el taquillero volvió a negar que quedaran billetes y de allí no conseguimos sacarlo. Al menos por el extra que nos hicieron pagar pasamos la noche durmiendo en un asiento bastante cómodo y, por la mañana, teníamos incluido un frugal desayuno en el vagón-restaurante.

El Expreso del Sur nos llevó de Uyuni a Villazón, Bolivia

Llegamos a Villazón  de buena mañana con apenas una hora de retraso. Nos cargamos las mochilas a la espalda y nos fuimos a buscar el paso fronterizo entre BoliviaArgentina. Estaba relativamente cerca de la estación y fue fácil de encontrar, así que no hubo necesidad de recurrir al taxi. El camino no tiene pérdida: al salir de la estación se tuerce a la derecha y se sigue recto por unos 10 minutos hasta llegar a un puente donde se ven las marquesinas de la aduana. Allí hicimos cola durante una hora, aunque por suerte cuando se puso a llover ya estábamos en el tramo de la fila que quedaba bajo techo. Un par de sellos más en el pasaporte y un chequeo rápido de las mochilas y ya andábamos por el pueblo de La Quiaca, oficialmente en tierra de Argentina.

Llegamos a la frontera Argentina

Sin perder un minuto nos fuimos a la estación de buses donde hicimos la consabida ronda preguntando ventanilla por ventanilla, precios y horarios. Lo que más se ajustaba a nuestro plan era la empresa Panamericano que por 80 pesos argentinos podía llevarnos hasta Tilcara en 3 horas. Habíamos pensado ir hasta allí para visitar este pintoresco pueblecito en el centro de la Quebrada de Humahuaca y para ver el conocido cerro de siete colores, pero una vez allí nos entró tal pereza que nos olvidamos del turisteo y nos entregamos al descanso. Nos lo tomamos con tanta calma que ni siquiera tenemos una triste foto del pueblo, aunque el cerro al menos lo vimos al pasar por la carretera.

El día siguiente a las 10 de la mañana volvíamos a subir al bus, de nuevo con Panamericano, y por 35 pesos llegamos a San Salvador de Jujuy. Allí comimos y tuvimos el primer contacto con los mozos de cordel, más conocidos como maleteros. Estos chicos los encontramos en todas las estaciones argentinas y se encargan de colocar mochilas y bultos en el maletero del bus y de repartir los correspondientes recibos de equipaje. No trabajan para ninguna empresa, así que esta labor la hacen a cambio de una propina voluntaria. Nosotros, que siempre intentamos ahorrar, intentamos subirnos nosotros mismos las mochilas, pero resulta que aun siendo un trabajo tan informal, los mozos tienen el monopolio absoluto de lo que entra y sale del maletero.

Desfile carnavalesco de Jujuy, Argentina

Esperando el autobús en Jujuy pasó una charanga de carnaval

La maratón continuó: en Jujuy tomamos un bus de La Veloz del Norte que por 55 pesos en algo menos de una hora nos llevó hasta General Güemes; allí tomamos otro coche de la misma compañía por 556 (sin el descuento de estudiante costaba 754), un semicama que salió a las 5.50 de la tarde y que llegó a Corrientes a las 7 de la mañana del día siguiente; menos de 45 minutos para estirar la piernas y montamos de nuevo a bordo en un Río Uruguay (385 pesos el billete, 483 sin descuento de estudiante) y a las 6 de la tarde llegamos, al fin, a nuestro destino final: Puerto Iguazú.

¡Casi nada! Fueron tres días de viaje bastante pesados, pero no nos importaba porque en breves visitaríamos otro de los rincones naturales imperdibles de este continente, las cataratas de Iguazú.

La ruta

La ruta: de Uyuni a Puerto Iguazú, de Bolivia a Argentina

1 comentario

  1. Flor

    Que alegría! Buscando información de Canadá, encontré su blog y veo que están en mi querida Argentina! Yo estoy por hacer temporada de verano en san Sebastián, país vasco, pero si necesitan ayuda o información de argentina, escriban! Si pueden pasar por Bariloche les va a encantar! Abrazos!! Y buen viaje!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies