Cuando en 1860 las primeras familias de mormones se adentraron en este paraje buscando tierras fértiles, quedaron tan sorprendidas por su belleza que decidieron llamarlo Zion, pues la consideraron su propia tierra prometida. Construyeron sus hogares y plantaron sus cosechas con el corazón henchido de gozo por lo que consideraban un regalo de Dios. Luego llegaron las inundaciones que arrasaron con todo y tuvieron que abandonar la zona del cañón, pero la primera impresión es lo que cuenta y de entrada les pareció muy bonito.
Razón no les faltaba a lo mormones y en 1919 se convirtió en el primer parque nacional del estado de Utah. Su eje y principal reclamo es el Zion Canyon, de 24 kilómetros de largo y de hasta 800 metros de profundidad, pero dentro de sus límites también se incluye el Kolob Canyon. Para que lo sepáis: en las escrituras mormonas Kolob es el lugar del cielo más cercano a la casa de Dios. Está claro que les encantaba el lugar.
La llegada al Parque Nacional Zion
Habíamos dejado atrás el pueblo de Kanab por la carretera 89 cuando vimos señales que nos indicaban que devíamos desviarnos por la número 9. Nos sorprendió la gran cantidad de ciervos que encontramos en este último tramo y no os lo decimos para que disfrutéis de los avistamientos, sino para preveniros. Si en unos 10 kilómetros vimos una veintena de estos animales pastando por las cunetas, también encontramos una decena de ellos muertos por atropello junto a la carretera. Así que conducid con cuidado: nadie quiere que su viaje incluya desincrustar a Bambi del radiador.
Tras cruzar el túnel que traviesa el monte Carmel condujimos hasta el fondo del cañón. Hay una regla no escrita, pero infalible en nuestro viaje, que dice que cuando Alex coge el coche la carretera se complica bastante y por eso nos adentramos en el parque sin prisa, tomando las curvas despacito y con cuidado hasta llegar a Springdale. Este pueblo era el destino que habíamos elegido para pasar la noche ya que es la mejor plataforma para visitar Zion. No es que tenga ningún atractivo, básicamente son hoteles, agencias para contratar tours o tiendas para comprar equipo de montaña.
Explorando el Cañón de Zion
La entrada al parque sin el pase anual de America the Beautiful cuesta 25$ por vehículo y es válida por 7 días. Para empezar la visita a cualquiera de los parques nacionales os recomendamos que os dirijáis siempre al Centro de Visitantes y allí les planteéis de cuánto tiempo disponéis y ellos se encargaran de recomendaros las mejores rutas para ver los imprescindibles.

La arenisca navajo de estas montañas tiene unos tonos rojizos, pero también crema y rosados que le dan un colorido de lo más interesante
Aunque hayas llegado aquí con coche, sabed que de mayo a octubre funciona un sistema de buses lanzadera que puede facilitaros mucho la visita. Dado que le íbamos a invertir unas 5 horas, nos recomendaron recorrer la carretera que se adentra en el Zion Canyon y disfrutar de sus múltiples paradores desde los que poder contemplar bonitas postales del lugar. Son 9,7 kilómetros desde la Canyon Junction hasta el Templo de Sinawava, donde, si queremos seguir adelante, tendremos que dejar el coche. A partir de este punto, el cañón se va estrechando y se puede continuar por una pista hasta los Zion Narrows que, sin duda, son la estampa más típica y conocida del parque. El problema para nosotros es que para recorrerlos hay que meterse dentro del río y hacer algunos tramos a nado así que, como comprenderéis, es mejor dejarlo para el verano y no para una mañana de enero como la nuestra.
Igualmente no queríamos irnos sin hacer alguna caminata y nos decidimos por hacer la Riverside Walk, que es el camino que va desde el Templo de Sinawava hasta la estrecha garganta donde empiezan los Narrows. Fue un caminata de ida y vuelta de apenas 3,5 kilómetros, un paseo junto al río Virgin que puede hacerse perfectamente en una hora. Es fácil, sencillo y para toda la familia.
Esta es una de las caminatas sencillas, pero hay muchas opciones para los más exigentes, incluso algunas que os llevarán hasta la cima de las altas paredes que bordean el río. Si os gusta la escalada también hay algunas vías accesibles desde la carretera.
Springdale – Zion National Parc
Zion National Parc – Página del Servicio Nacional de Parques
Tomo nota con lo de los bambis O.O