Suena el despertador, son las 6 y cuarto de la mañana. ¿Temperatura exterior? Menos siete grados. Planteado así, sobran los motivos para apagar la alarma de un manotazo, girarse sobre uno mismo y seguir durmiendo. Pero ese día no. Saltamos de la cama, nos abrigamos y montamos en el coche. Las perspectivas de ver el sol alzándose sobre el Cañón del Colorado y contemplar el atardecer en Monument Valley son motivación suficiente para enfrentarse al frío y al madrugón.
El día anterior habíamos conducido más de 800 kilómetros para pasar la noche en Tusayan, Arizona. Este pequeño pueblo vive íntegramente del turismo ya que se encuentra a unos escasos dos kilómetros de la entrada del Parque Nacional del Grand Canyon. Si se quiere ver el amanecer en el cañón este es el mejor lugar para pasar la noche anterior. El principal inconveniente es, como os podéis imaginar, su precio: pese a ser temporada baja, la noche en el Grand Hotel nos costó 76$. ¡Y era de lo más barato del pueblo!
Visitar el Parque Nacional del Grand Canyon
Las dimensiones del Cañón del Colorado son increíbles: mide 446 kilómetros de largo, alcanza los 29 kilómetros de ancho y en algunos puntos llega a los 1,6 kilómetros de profundidad. Su extensión es tal que el Parque Nacional no lo incluye todo sino que solo abarca la parte más espectacular, la zona conocida como Grand Canyon. El río divide el parque en dos sectores: el South Rim o Extremo Sur y el North Rim o Extremo norte. La parte sur es la más conocida y la que recibe más turistas ya que es la que está más acondicionada y es la primera que se encuentra viniendo por la carretera 64. La parte norte, por el contrario, no es tan conocida, permanece cerrada de octubre a mayo por el tiempo y para llegar hay que dar un rodeo de unos 350 kilómetros desde la entrada sur.
La entrada al parque cuesta 25$ por vehículo y es válida durante 7 días. Si, como nosotros, tenéis la idea de visitar varios parques nacionales os recomendamos que os miréis el National Parks and Federal Recreationa Lands Pass, un pase anual para los parques nacionales. Cuesta unos 80$ y puede tener dos titulares, así que si conocéis a alguien que esté interesado en hacer un viaje como este podéis comprarlo a medias. En nuestro caso nos lo había prestado una pareja de buenos amigos. ¡Gràcies Alba y Dani!
Al presentarnos tan pronto, las taquillas de entrada aun no estaban abiertas, pero como dentro del parque hay hoteles y residencias privadas los accesos nunca cierran y permanece abiertos 24 horas al día, 365 días al año. Llegamos al centro de visitantes justo a tiempo de tomar uno de los autobuses lanzadera que regularmente conectan los distintos miradores del South Rim y nos llevó directamente hasta el Yaki Point, uno de los puntos más altos a este lado del río y el mejor para contemplar la salida del sol en esta época del año. En los meses de verano se recomienda ir al Yavapai Point, un poco más hacia el oeste.
Allí un pequeño grupo de visitantes nos acurrucábamos expectantes, esperando solemnemente las primeras luces del día con la vista clavada hacia el este. Cuando el sol asomó por el horizonte y el manto de la noche empezó a retirarse se fue desvelando a nuestros pies un paisaje majestuoso. A medida que la luz aumentaba, los contornos de las rocas iban definiéndose y cada vez había menos palabras y más cruces de miradas incrédulas acompañadas de una sonrisa de pura satisfacción. Aunque lo hayamos visto mil veces en películas y fotografías, uno no toma conciencia de su auténtico tamaño hasta que no se encuentra allí y lo contempla con sus propios ojos.
Cuando el frío y la quietud empezaron a entumecernos tomamos el autobús para ir hasta otro mirador y disfrutar de otro ángulo. Nos detuvimos en Pipe Creek Point y estuvimos allí el intervalo de 15 minutos que separa el paso de un bus del siguiente.
La conductora de este segundo autobús nos recomendó encarecidamente que cogiéramos nuestro coche y nos alcanzáramos hasta los puntos de observación del extremo oeste ya que son los que ofrecen mejores vistas sobre el río Colorado. Tened en cuenta que durante los meses de invierno la línea de shuttles que os lleva hacia ese lado no funciona. Durante el resto de la mañana condujimos de un mirador al siguiente, parando y maravillándonos en cada uno de ellos y disfrutando de la tranquilidad de la temporada baja. Paramos en el Maricopa Point, el Powell Point donde está el memorial a John Wesley Powell, el primer científico que descendió por el río para explorar esta región, y el Hopi Point, para nosotros el más espectacular de todos.
Enganchada en un panel informativo, encontramos una de las pegatinas originales de OBEY de Shepard Fairey . Este artista, que se mueve entre las aguas de la contracultura y las del capitalismo más feroz, posee su propia marca de ropa, ha trabajado para empresas como Adidas, hizo un retrato de Obama muy conocido e incluso ha aparecido en Los Simpsons y en Padre de Familia. Su intención con estas pegatinas es hacer que lleguen lo más lejos posible así que ¿Qué mejor destino para ella que venirse a dar la vuelta al mundo con nosotros? Este icono mundial del street art decora ahora la portada de Nuestro Diario de Aventuras en su versión física.
Seguimos hasta el Mohave Point, el The Abyss y terminamos en el Pima Point antes de dar la vuelta y encaminarnos, desandando el camino, hacia el otro extremo de este sector, hacia el Desert View. La carretera que lleva hasta esta torre recorre, durante unos 40 kilómetros, el borde del cañón y conduce directamente hasta la salida este del parque.
En este último punto destaca la torre de piedra construida junto el cañón. A pesar de su aspecto, la torre es una construcción moderna, 1932, diseñada por la arquitecta Mary Colter en homenaje al pueblo Hopi y a las culturas nativas que durante años han vivido aquí, pero que, en esa típica prepotencia de los colonizadores, fueron expulsados. Aunque hoy en día el Cañón del Colorado sea una atracción turística, no podemos olvidar que aquí se han hallado rastros de actividad humana fechadas en el 10.000 a.C.
Los uapitíes, elks en inglés, son unos de los más famosos habitantes del parque. Estos grandes ciervos pasean por aquí tranquilamente, pastando por las cunetas. Si veis uno estad atentos, porque siempre viajan en rebaños e id con cuidado porque no temen a los coches y si os los encontráis en el asfalto seréis vosotros los que tendréis que cederles el paso.
Visitar el Monument Valley
Condujimos 2 horas y media por la carretera 163 hasta la frontera entre el estado de Arizona y Utah. A medida que nos acercábamos, vimos emerger del horizonte estas reconocibles formaciones de piedra esculpidas por el viento y el agua. Si este lugar nos resulta tan familiar es, sin duda, por haber sido el decorado de decenas de películas, sobretodo de westerns. John Ford grabó aquí «La diligencia«, «Fort Apache» o «Centauros del desierto«, pero también ha servido de plató para otros títulos como «Forrest Gump«, «Regreso al futuro III» o «Misión Imposible II» entre muchas otras.
Más allá de la foto típica de las postales, es posible visitar el Monument Valley de cerca. Este singular paraje se encuentra en el interior de una Reserva de indios Navajo, así que son ellos los que se encargan de la gestión del parque y, por lo tanto, el pase anual de los parques nacionales no es válido aquí. La entrada cuesta 20$ por vehículo y dicen que desde allí se consiguen las mejores vistas del lugar.
Nosotros no entramos sino que, tras descargar el equipaje en el hotel Goulding Lodge, una opción muy recomendable por precio y ubicación, nos echamos a un lado de la carretera y desde ahí esperamos la caída del sol. La alegría y la fuerza de la imagen cargaba el ambiente de una energía eléctrica que hacía que nos retumbara en la cabeza una idea: “Para contemplar estas bellezas hemos dedicado tanto esfuerzo. Esta es nuestra recompensa”.
Ese día nos acostamos con una sonrisa en los labios, con dos de las imágenes más icónicas del sur oeste de los Estados Unidos grabadas a fuego en nuestras retinas.
La subida deprecio del Monument Valley ha sido considerable…valoraré el no entrar como vosotros…ya veremos.
un saludo!
Se ve bonito igual des de fuera y estaba fuera de nuestro presupuesto…
También habíamos oído que no era aconsejable ir sin un 4×4 así que hubiéramos tenido que pagar también el tour de 2h.
Pero se dice que lo más bonito se ve desde dentro…
Pásatelo muy bien! Las puestas de sol por toda esa zona son mágicas.
Buenas,
Gracias por compartir vuestro viaje.
¿Cuántos días recomendáis para Monument Valley? Tengo una reserva para dos noches en el Goulding’s Campground (voy con autocaravana), pero me da que a lo mejor no es necesario. ¿Qué me decís?
¡Gracias!
Hola Natán, pues te diría que depende de la hora de llegada y lo que quieras hacer el día siguiente y del momento en que quieras visitar Monument Valley.
Si puedes llegar a media tarde puedes visitarlo y ver el precioso atardecer y dormir ahí y el día siguiente ir hacia nuevo destino. Si ves que vais a llegar tarde puedes hacer la primera noche, el día siguiente visitar Monument Valley, y el punto de Forest Gump (nosotros lo visitamos la mañana siguiente), dormir la segunda noche y partir la mañana siguiente.
Dependiendo de la cantidad de días que tengáis en total también… En este enlace puedes ver nuestro itinerario por si te sirve de orientación: https://goo.gl/KJrxXI
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