Qué ver en Vancouver (3)
A pesar de que los últimos dos días en Vancouver vinieron marcados por las malas noticias, no queríamos dejar que nuestro estado de ánimo condicionara nuestros planes. La impotencia de la distancia solo genera frustración, así que decidimos que lo mejor era salir a la calle y seguir con lo que teníamos pensado para mantenernos distraídos. Nos quedaban dos cosas por tachar de la lista de imprescindibles: Granville Island con su famoso mercado y Gastown, el distrito más antiguo de Vancouver.
Granville Island
Como el día anterior nos había llovido, creímos que un lugar cubierto como el mercado de Granville sería la mejor opción por si el tiempo volvía a torcerse, pero, afortunadamente, no tuvimos que sacar el paraguas en ningún momento. Una verdadera suerte puesto que ni siquiera lo llevábamos. Casi diez días entre Seattle y Vancouver y solo un día de lluvia. ¡Todo un logro!
Al sur del downtown y partiendo de la Waterfront Station, a poco más de media hora a ritmo de paseo, se encuentra Granville Island, una península que se las da de isla. Llegar hasta allí es muy fácil: solo hay que coger Granville Street, cruzar Granville Bridge y ya estáis en Granville Island. No tiene pérdida.
Su mayor atractivo es el mercado, pero también es conocido por su puerto deportivo, su Universidad de Arte y Diseño y por los talleres de artistas y artesanos que acoge. El lugar tiene cierto toque bohemio artístico pero con un aire industrial que lo hacen un buen lugar para pasear.

Tamara, una amiga que lleva un par de años viviendo en Vancouver, y Montse, una amiga que la visitaba

Hay que aprovechar cuando tienes a un amigo dispuesto a echarte las fotos y así no tener que recurrir al turista de turno, al temporizador o al selfie. ¡Gracias por todo Tamara!
En los alrededores del mercado encontramos varios artistas callejeros amenizando la mañana. Músicos, magos y otros artistas hacen sus espectáculos siguiendo un riguroso horario dictado por el ayuntamiento local que se encarga de elegir quién actúa dónde. La gente se arremolinaba cerca de los espectáculos con fingido desinterés intentando no convertirse en el centro de atención cuando se requería la participación del público o agachando la mirada cuando llegaba el momento de pasar la gorra. La mayoría de visitantes aprovechaban el solecito para comer sentados en alguno de los parques que rodean el mercado bajo la atenta mirada de las gaviotas.
Dentro del mercado había un poco de todo: fruterías, charcuterías, platos preparados, pescaderías y floristerías. Hay una serie de paradas fijas como los restaurantes, pero hay otras que cambian en función del día. Pasear por dentro fue muy agradable puesto que tenía ese bullicio y el colorido típico de los mercados, más la pulcritud típica de los canadienses.
Gastown
A cinco minutos al este de Canada Place encontramos Gastown el barrio más antiguo de Vancouver. A priori uno podría pensar que el nombre del lugar tiene su origen en la palabra «gas» y que fue algún tipo de explotación gasística la que lo hizo prosperar. Pero no. Este distrito le debe su nombre a «Gassy» Jack, el charlatán propietario de la taberna Globe Saloon alrededor de la cual empezó a crecer el asentamiento que con el tiempo acabaría dando lugar a Vancouver. Si señores, esta gran ciudad empezó gracias a un puñado de hombres sedientos que decidieron que el mejor lugar donde podían vivir era cerca del bar. Estos vancouveritas cada día me parecen más buena gente.

Cuando «Gassy» Jack (1830-1875) decidió construirse la taberna llegó a un acuerdo con los trabajadores de un aserradero próximo: ellos le construían el bar y él, como pago, les proporcionaría todo el whisky que pudieran consumir en una noche
Hoy en día este barrio es de lo más chic y turistas y locales conviven en armonía entre bares y tiendas de recuerdos. La arquitectura de sus calles principales es muy interesante y aún se pueden encontrar algunos edificios victorianos debidamente restaurados y modernizados. No obstante, si os alejáis un poco de las calles más concurridas y os encamináis hacia Chinatown el paisaje cambia totalmente y os toparéis con la cara más sórdida de Vancouver. Sin techo y adictos plagan los portales y las aceras a unos pocos minutos de este lugar tan popular.
Quizás la atracción más conocida de Gastown es el Steam Clock, el reloj de vapor. No os dejéis engañar por la estética del reloj porque aunque parezca una reliquia del siglo pasado, se construyó en 1977. Es decir, es engañoso y suelta vapor. Como un cigarrillo electrónico, pero que además te da la hora.
Y hasta aquí nuestra visita a Vancouver. En estas entrada teníamos pensado hablaros de la buena gente de CouchSurfing que conocimos aquí, pero la verdad es que resultaron ser tan… ¿especiales? que hemos pensado que cuando acumulemos unas cuantas experiencias más con otros couchsurfers haremos una entrada dedicada exclusivamente a este tema.
Así pues, llegó el momento de continuar con nuestro camino y el 27 de mayo cogimos un autobús y nos despedimos de Vancouver dirección a Merritt, un pueblo de la Columbia Británica donde nos esperaban muchas sorpresas y una realidad que desconocíamos completamente. De la ciudad cosmopolita al Canadá más profundo.
I am no longer sure the place you’re getting your info, but great topic. I needs to spend a while studying much more or understanding more. Thanks for wonderful info I was on the lookout for this info for my mission. bbceecadgcde
Hi John!
Thank you for your comment! Now you can check our blog in english 🙂 We hope that our info was usefull for you.
See you! And if you have some doubt you can just ask us 😉