Qué ver en Seattle
Los primeros pasos de nuestra aventura, o al menos los primeros pasos a un ritmo de paseo y sin tener que llevar la mochila a cuestas, los dimos en Seattle. La llamada ciudad de la lluvia fue muy amable con nosotros y nos regaló cuatro días de sol con buenas temperaturas. Esta primera parada nos hacía mucha ilusión ya que allí nos esperaba Andrea, una buena amiga que vino a recogernos al aeropuerto.Gracias a que ella ya lleva instalada en esta ciudad casi un año, tuvimos la oportunidad de visitarla sin tener que desplegar el mapa. Empezamos nuestro recorrido por la zona del downtown. Sin duda, hubo una cosa que nos llamó mucho la atención y que ningún visitante podrá pasar por alto: la gran cantidad de sin techo que hay en las calles más céntricas. Pese al dramatismo de su situación, más de uno consiguió arrancarnos una sonrisa con sus carteles ingeniosos y extremadamente sinceros. “Anything green helps» leímos en un cartón donde también había dibujado el símbolo del dólar y una hoja de maría.
La primera parada para desenfundar la cámara fue un lugar que nosotros desconocíamos completamente, pero que recientemente, se ha convertido en lugar de peregrinaje de los turistas y las turistas más cachondos. Y como sabemos que entre vosotros hay más de uno os lo ponemos aquí. Es el edificio Escala, rascacielos en el que vive el personaje de ficción Christian Grey, el protagonista de 50 sombras de Grey.
Empalmando temas, después de esto fuimos a visitar la Biblioteca Central de Seattle. Un bonito edificio que combina cristal y acero. Un interior muy interesante, once plantas, 34.000 metros cuadrados, casi un millón y medio de libros y unos 400 ordenadores de acceso público. Todo diseñado para que la gente del estado de Washington pueda empaparse de cultura. Bueno, todos no. Al señor que miraba porno se la soplaban los libros. Y la gente. A ese hombre se la soplaba todo. Aunque no sé, quizás aquí la gente tiene un sentido muy amplio de lo que es cultura. Sea como sea, es una visita muy recomendable.

Biblioteca Central de Seattle. Lo más preocupante de este señor era el hecho de no saber dónde estaba la mano derecha…
Para comer nos fuimos a la zona alrededor del Pike’s Place Market, para nosotros uno de los lugares con más encanto de la ciudad. Dentro del mercado, en activo desde 1907, podéis encontrar de todo, desde fruterías a tiendas de artesanía e incluso una tienda de cómics. El lugar se apoya, aún hoy, en su filosofía originaria de «reunir a los pequeños productores con el consumidor», especialmente cierto con el gran número de artesanos que trabajan tras los mostradores de sus tenderetes. No obstante, los que han hecho verdaderamente famoso el lugar son los pescaderos y su habilidad para pasarse las piezas volando por el aire. Un buen espectáculo.
Enfrente del mercado y detrás de una marabunta con la cámara en alto, descubrimos el Starbucks más antiguo (1977) y, aunque tuvo un hermano mayor que abrió las puertas unos 6 años antes, este se llevó la fama y se le reconoce como el primero. Pese a que solo es un establecimiento de una multinacional omnipresente, hoy en día es una atracción turística de primer orden. Del café no podemos deciros nada porque no somos consumidores, pero vaya que será lo mismo de todas partes. Lo que si que podemos comentaros son los quesos que vendían en un establecimiento llamado Beechers. Sus macaroni and cheese salieron bien de precio y fueron una comida contundente. Además, si comes en el interior del concurrido local se puede ver como realizan el queso que venden allí mismo.
Muy cerca de la entrada principal del mercado hay una de las atracciones más curiosas de Seattle: la Gum Wall. Es asquerosa, pero tiene su gracia. Eso sí, no os apoyéis en ella pues se dice que es una de las cinco atracciones turísticas con una concentración de gérmenes más alta. La «tradición» empezó en 1993 y desde entonces miles y miles de visitantes han pegado sus chicles y le han añadido unos cuantos centímetros más de anchura a la pared. Hay incluso una petición de matrimonio. Le auguro a la dichosa pareja un futuro… pegajoso.
Si después de comer os apetece dar un buen paseo os recomendamos ir a West Seattle y daros un buen paseo por la Alki Trail hasta la playa de Alki. Si tenéis suerte y os hace un buen día, podréis disfrutar de unas vistas inmejorables del skyline de la ciudad.
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